[Huelga
Palabra derivada del verbo holgar
('Estar ocioso, no trabajar' y también 'descansar, tomar aliento después de una
fatiga'). La primera acepción, según el Diccionario académico, es 'el espacio
de tiempo en que uno está sin trabajar' y la segunda, 'Interrupción colectiva
de la actividad laboral por parte de los trabajadores con el fin de reivindicar
ciertas condiciones o manifestar una protesta'.
Holgar proviene del latín follicare (jadear), con base en la idea del caminante que se detiene para recobrar el resuello al final de una cuesta. En el Cantar de Mio Cid, holgar aparece como folgar, forma que se mantiene hasta hoy en portugués.]
Pero si holgar es descansar, cuando el reposo se torna habitual, el que lo disfruta se convierte en holgazán. En cambio, si hablamos de medidas sindicales de paralización de tareas, los que las llevan a cabo son huelguistas.
Así que el jadeante que se detenía un momento a descansar hacía huelga.Y vivía holgadamente aquel que podía ser feliz sin matarse en el campo o en la fábrica y descansaba todo lo que quería.Pero resulta que si el jadeante descansaba mucho… se convertía en un holgazán, un vago.
Holgar proviene del latín follicare (jadear), con base en la idea del caminante que se detiene para recobrar el resuello al final de una cuesta. En el Cantar de Mio Cid, holgar aparece como folgar, forma que se mantiene hasta hoy en portugués.]
Pero si holgar es descansar, cuando el reposo se torna habitual, el que lo disfruta se convierte en holgazán. En cambio, si hablamos de medidas sindicales de paralización de tareas, los que las llevan a cabo son huelguistas.
Así que el jadeante que se detenía un momento a descansar hacía huelga.Y vivía holgadamente aquel que podía ser feliz sin matarse en el campo o en la fábrica y descansaba todo lo que quería.Pero resulta que si el jadeante descansaba mucho… se convertía en un holgazán, un vago.
Y cuando muchos empezaron a
juntarse y decidieron no trabajar se convirtieron en huelguistas.
Las palabras llevan en sus raíces el germen de
su historia.
Pero su uso y cambio de sentido no son
casualidad. El mundo tuvo diferentes dueños, diferentes apropiadores de la
riqueza humana sosteniéndose en ideologías que en cada época los justificaban.
Esas ideas viajan en las palabras y los
numerosos sentidos de las palabras pueden develar, iluminar pero también
hipnotizar y ocultar.
Muchas veces se escucha decir a un
trabajador que “el obrero argentino es vago (holgazán) y no le gusta
trabajar”, pero eso es algo que necesita sostener el patrón.
El patrón que se da el lujo de descansar y
llegar muchas horas más tarde que el obrero a la fábrica o no ir, que puede
veranear en playas exclusivas, que tiene reuniones de trabajo en lujosos
restaurantes… ah, pero el patrón y el empresario no son holgazanes,
ellos tienen una vida holgada.
El obrero y la obrera tienen poco tiempo para
parar cuando está en la línea de montaje y necesitan recuperar el aire después
de ocho, diez, doce horas o más de producir para sostener la holgada
vida del empresario.
La maestra y el maestro ¿cuánto tiempo tienen
para ir de escuela en escuela o simplemente ir al baño entre recreos? Ellos no
pueden holgar demasiado.
Y cuando los trabajadores y las trabajadoras se
hartan de vivir como viven y van a la huelga lo hacen para tomar aire.
Para asomar la cabeza por encima del velo que los hace creer que son débiles y holgazanes.
Y dejan de jadear y toman fuerza. Y se
encuentran y se reconocen en las calles y en el piquete, que según el
diccionario de María Moliner puede ser varias cosas: 1- Barra pequeña de las
que se emplean para señalar en el terreno; 2- Grupo poco numeroso
de soldados destinado a cierto servicio. Particularmente, a fusilar a un
condenado a muerte; o 3- Grupo de personas que intenta, de forma
pacífica o no, que otras secunden una huelga.
Quizás un piquete es todo eso, es una barra,
una línea que dice: no pasarán, es un grupo de personas que intenta que otros
se sumen a la huelga y es un grupo
de soldados de esa “escuela de guerra[i]” que prepara a la clase trabajadora para
dar muerte al condenado sistema capitalista.
[i] “Así
pues, las huelgas habitúan a los obreros a unirse, les hacen ver que sólo en
común pueden sostener la lucha contra los capitalistas, les habitúan a pensar
en la lucha de toda la clase obrera contra toda la clase de los fabricantes y
contra el Gobierno autocrático y policíaco. Por eso los socialistas llaman a
las huelgas “escuela de guerra”, escuela en la que los obreros aprenden a
librar la guerra contra sus enemigos, por la emancipación de todo el pueblo, de
todos los trabajadores, del yugo de los funcionarios y del yugo del
capital”. Sobre las huelgas (Lenín - 1899)
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