Hay lugares a los que ya no pertenezco y hay otros lugares que
me están buscando.
Hay habitaciones que guardan mi silencio y hay gritos que me
observan cuando duermo.
¿Qué pretende de mí la silaba incompleta, el color desleído,
el puño hundido en un rostro de perro?
¿Pretenden que lo sepa?
Yo camino despiadadamente inconclusa, armando la suerte
junto con el resto del mundo.
Pero también vuelo de a ratos, avasalladoramente
irrepetible.
Y construyo y desarmo, anudo y desanudo.
¿Qué pretende de mí el futuro que me habita, la música, la sangre, la boca
que me saborea?
Hay puertos en los que nunca estuve, mujeres y hombres que
nunca he visitado.
Ciudades no amadas todavía, guerras latentes ávidas de estrategia.
Si tengo que elegir de todas las cosas que me pasarán prefiero las que me
alimenten aunque duelan.
Y de todas las ideas prefiero las que despiertan.
Y de todas las evoluciones prefiero las que estallan.
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